miércoles, 2 de noviembre de 2011

GRiETA
(De la servilleta de mi café, en éste solitario dos de noviembre. De la serie Gretterell)


De cuando en cuando, esa masa amorfa de energía omnipotente nos roza con alguno de sus destellos. Algunas personas le llaman milagros…

Vengo siendo algún tipo de bulto sin peso desde el día que ya no estamos juntos, es como si fuera yo de madera hueca, como sólo una sombra.
Cada día te veo en las estrellas, en el café; ya visité todos los puntos que toca el mar y en cada uno te vi, casi pude abrazarte; pisé cientos de calles nuevas y lejanas y pareciera que estuviste ahí un poco antes que yo, pues encontré rastros de tus ojos, de tu sonrisa, de tu abrazo y de tu divino beso que me llenaba como el mar a la tierra; y te veo en los edificios y en las calles, y en los rostros de los niños, y en las aves, y sinceramente detrás de cada una de las gafas de pasta que veo, sabes que es sólo icónico…
Te sigo viendo en cada flor, en cada nube, en cada sueño.

Me es difícil pasar por ciertos lugares, un cúmulo de nervios se apodera de mí y os juro que tiemblo; tengo que confesarte que te busco con la mirada en cada espacio, es como si el miedo se fusionara con la esperanza y se dispararan por mis ojos. No he logrado verte verdaderamente, pero las mariposas en el estómago continúan…
No sé de qué se trate o que es lo que sigue, ojalá existiera un manual que nos guiara paso a paso para salir de esta nostalgia y soledad. Verdad es que te extraño infinitamente…
No fuiste atracción de pasajero y no te he olvidado, la historia ha seguido, pero no es multicolor, no como tu ser, no como tu compañía, no como tu amor…
Extraño y ajeno me siento cada noche que, al disponerme a dormir, rezo como niño pequeño, pido por ti, no hacía mí, sólo por ti.
Mi amor no ha podido dormir ni se ha desvanecido, sigue ahí, en la banca de aquella plazuela en dónde lo dejaste, él sigue aferrado, esperanzado y dispuesto, llorando me dice que regresarás, que no se puede mover porque si llegas no le encontrarás y puedes asustarte, que ya vienes…
Y de esta forma quería susurrar por todo el viento que hoy un destello de aquella masa de la que hablé me rozó: una reciente foto tuya me ha hecho volar por un momento de nuevo, me ha hecho sonreír, te ves hermosa…
Si, Ximena se equivocó, no te he olvidado y no he dejado de amarte… 
TE AMO…


"Yo quisiera dormirme viajando por mil lunas
en tu nave de besos acariciando las dunas;
Yo quisiera abrazarte y no pensar en nada más
que en besar tu dulce boca y tus ojitos de mar..."


(soundtrack de ésta servilleta)



lunes, 19 de septiembre de 2011

CARTA A GRETTERELL



Gretterell:


¡Cuánto esperaba yo escribirte!, no sabes cómo lidié con el papel y la tinta; tantas cosas te escribí, y ninguna me atreví a enviarte, sé muy bien por qué.
Te cuento que me he alejado bastante de donde me gustaría estar, ya conocí cada rostro del mar, del amado y viejo amigo mar, en cada pliegue de arena que existe en la esfera. En cada uno te recordé...
A pesar del dolor abismal que me abruma, no logro desmayarme, es como si  algo estuviera enfocado en mi condena, sin dar tregua si quiera, a la muerte misma. No encuentro salida, esto es abrumador...
Sobre mi viejo amigo, me contó que le has visitado, fué sumamente extraño, tenía los ojos cerrados y te vi con sus ojos, sigues siendo lo mas hermoso del mundo...
Hoy por la mañana, me encontré dos hojas de aquel, tu árbol, no pude con lo sucedido, no asimilo aún cómo pudieron llegar hasta mí desde tu jardín; una extraña crisis me invadió y me fulminó, caí temblando incontrolablemente al suelo y me perdí; hace un par de horas logré regresar en mí, busqué tus fotos y logré drogarme con mentiras, asegurándome, estas aquí, ahora sonrío, engañado en mi mundo alterno. Lulú, Oso Rulo y Manuel, ya no me hablan, ni me miran siquiera, creo me quieren dejar de imaginar...
Te adjunto un tulipán de la región de Flevoland, espero te guste...


Saludos, un abrazo y beso en vuestra frente, mis bendiciones contigo, mis plegarias para vos...


(Espacio borrado y censurado, se decían muchas cosas sinceras y hermosas que podían mover de manera extraña a la tierra del Sístole y del Diástole)...


Eternamente tuyo, Roberto...






"Dame sólo un beso que me alcance hasta morir"




sábado, 30 de julio de 2011

MI SENTIR SOBRE MI NOSTALGIA, DE MI RECUERDO CONTIGO SOBRE MI

(De tu serie, mi amor perdido… Gretterell, "Grettel")


Sabrás que suena la música, como casi siempre que no te recuerdo…
Hoy es un día sumamente extraño, lo digo por la noche, esta puta noche.
No es que me sea extraño estar –aquí-, si no, simplemente estar así, sin ti.
Puedes pensar discretamente en mí, jamás lo sabré, sospecho que no es así.
En un tiempo meramente creí que la soga estaba en mi cuello, ese cuello que
tus simples besos transformaban en el papiro de tus deseos sobre mí, tus sueños…
Prácticamente me pregunto si ves la luna, si ves las flores, si piensas en el mar…
Le vi después de perderte, platiqué con él, y no me dijo nada; ah que silencio tan raro…
Debes de saber que en él te conocí, bien le has de recordar, bien le has de añorar,
no me jacto de ser “el que”, me espero y espero ser el quien, el como, el ser.
Ya no hay más, luego de romper la pared, soy la carne que se mostró siempre.
Las cosas de decisión sólo están en vos, solo te pertenecen a ti; en tu mundo.
Hoy mis manos tercas me preguntaban por ti, sin saber responderles, les sometí al piano, les sometí a la vida vacía y a la vez enorme del mundo de la música.
Me he vuelto un torpe sin ti, dice el doctor que son cosas de la psique. ¿Sabes que? Es mentira, él no sabe de ti más allá de la esfinge que tengo en mi piel, a mi forma, a mi recuerdo, una princesa, mi princesa, una manera diferente de dejar correr el tiempo sin importarme sus extrañas pausas grises, negras y rojas. Siempre conciente de nuestro mundo que se lleva bastante con el mundo de la ciudad de hierro y con la magia…
Me gustaría que me dijeras cómo lograste tu, volverme una sombra borrosa, cómo lograste convertirme en una pared de barro que tumbaste fácilmente. Bien me dijo mi viejo que son fórmulas de vivir la vida, bien sé que vos seguís la vuestra. No pecas…
Ahora que solo camino por los mundos de los mundos, que veo los placeres de artistas del mundo que tanto nos juzga y nos dice que antes era todo mejor, me doy cuenta que estoy en mala época, vivo en la época que existe sin ti, ¿y sabes?, no me gusta, me encuentro incómodo, me encuentro tan ajeno, como en el mundo en el que te fuiste caminando de verde con tu amiga como escudero, ese día que en el lugar de reunión de miles en miles de años me diste la espalda sin voltear, pero, en cuando estoy seguro, tus lágrimas eran los pasos que sembrabas en el camino del “quiero dejarte atrás”. No me jacto de ser alguien en tu vida, me abrazo al saber el como, el cuando, el dónde. Si, precisamente ese lugar donde tus sueños, tus esperanzas, tus anhelos y tus sueños, concordaron con los míos, donde creamos mundos que jamás serán interpretados. Mundos negados a quienes buscan el refugio de sus sueños; de amor, de voluntad, de verdad, de esperanza, de lentes, de sobrinos que inspirar la maternidad, de piedras superadas y de visiones mágicas multicolores de duraznos de amor, de moras de ensueño, si, en esos jardines con cabañas de madera que tanto me contagiaste…
Mi alma no es nada ante tu hambre de no se qué, mi cuerpo desnudo sólo provoca tu risa, como si fueras un crítico de arte que es ciego, ciego en su lengua, en su frustración.
Aún hoy recuerdo tus primeros patines, esos en los que me has montado cuesta abajo en la empinada calle de tu “quiero olvidar”. No se por qué, ¡os juro que no sé por que! y valla que he visitado la ciencia y la simplicidad. Sigo sin entender, sin saber ese secreto que me mando en carta de madera, directo con tu distancia y silencio, a la tierra del olvido que jamás imaginaste, de la cual nunca me hablaste, a la cual me has condenado a vivir atado, siempre preguntándome sobre cómo pudo ser… Ahí donde empujar una carreola a tu lado, ahí donde el bebé de los sueños mutuos se sentía tan natural, que nos importaba madre la tierra, esa bella imaginación que en pareja nos hacía viajar por el cosmos…
¡¡¡Joder, cuánto recuerdo y vivo tu último beso; cuánto malditos te extraño, te añoro, te lloro!!!

"Que saque el aire de mis ojos,
que abrace el miedo con tus sueños;
Que sea un guerrero de sangre,
para que nadie te haga daño..."








miércoles, 6 de julio de 2011

CEREMONIA

(División Gretterell)


Pienso que esto es absoluto, como si fuera una historia diferente.
Buscando la realidad de tus ojos, en lo más profundo sentí ese tiempo;
Ahora solo corro, como si fuera mi historia creando todo otra vez,
creando lo cercano que no te tengo esta vez.
Mostré todo de mí como intentando una nueva historia,
y mostrarme no causo una oportunidad para aquel tiempo.
Ahora me rompo para mostrar ese cráter del tiempo que me impulso a verte, verte por siempre; por siempre mirarte, observarte… llevarte.
Y ahora por siempre te llevo, en las grises calles de una ciudad antigua, en las luces de otra que cambia constante en los miles de pasos que la hacen transpirar.
Me encuentro perdido en la hermosura de todas las calles que recorro y en las cuales te encuentro a cada instante, en cada objeto,  en cada rincón, en cada ciudadano y en cada extranjero.
Pienso que no debería ser así, pienso que deberías sentir este tiempo, esto que se mueve, reinventando mi historia de nuevo, siempre basado en aquella vez…
Rompiendo los escudos, viajando en el tiempo y mostrándome de nuevo, esperando me puedas ver, esperando poder llegar a algún lugar. Ceremonia...
Al verme por siempre, por siempre verme como te veo, amándote siempre…










martes, 12 de abril de 2011

"Recuerdos en servilleta con olor a café"

(De la serie Grettel)




En el bello momento en que te conocí. Esa tarde en la que mi mente inactiva, 
vivía sus días con estupidez sin sospechar de los sentimientos que
yacían escondidos en algún imperceptible espacio de mí. 
Esa sincronía con la que mi vida funcionaba solo con mirarte, leerte, sospecharte...
Ahora, me escondo y jugueteo en medio de esa hermosa eternidad que creamos
 cuando coincidimos en un "ahora" en algún lugar.
¡Te amo indiscutiblemente, con toda la tercera parte de mi cerebro!


(Soundtrack de ésta servilleta)




domingo, 10 de abril de 2011

Carta al “Ahora que te he perdido" sobre amar y ser amado.

(De la serie Grettel)



¡Ahora que ya no estás, ahora que te he perdido!

El papel de persona amada es más sencillo en más de un sentido. También arriesgamos y sin embargo, aprovechamos de una posición situada por encima de quienes nos otorgan su amor y su persona, aun cuando va implícito nuestro juicio. Prosperamos como pareja gracias a nuestras críticas, juicios y “recomendaciones”.

Pero la cruda verdad que los amados debemos enfrentar es que, en términos generales, la producción de opiniones y recomendaciones promedio, es más valiosa que lo que nuestras intenciones pretenden lograr. Sin embargo, a veces el amado realmente arriesga algo, y eso sucede en nombre y defensa de algo diferente, algo lindo y diferente. El mundo es cruel con quienes son diferentes. Lo bello, sincero y diferente, necesita amigos.

Hace tiempo experimenté algo lindo y diferente, una amante extraordinaria surgida de lo único e inesperado. Decir que esa fortuna y ella pusieron a prueba mis prejuicios sobre el amor, experiencias y magia, equivaldría a incurrir en una subestimación grosera, injusta y fuera de lugar, cuando la verdad es que logró conmover y tocar lo más profundo de mí ser. Me hizo volar.

Antes de éste suceso, nunca escondí mi percepción sobre la frase “ni todo el amor…”
Pero me he dado cuenta, recién ahora, que no es un error hacerlo, que al contrario del resultado, hacerlo en sí es hermoso y eterno. No cualquiera puede amar verdaderamente, pero alguien que ama verdaderamente puede aparecerse en cualquier lugar, incluso en un autobús en Acapulco

Es difícil imaginar un origen más humilde y hermoso que el del amor de quien me ha marcado, y que en mi opinión, es “el amor  más bello del mundo”. ..





te extraño...




domingo, 17 de octubre de 2010

SÁBADO DE METRO




Subí a el anden del metro, ya era muy tarde y la verdad, estaba seguro que se me pasaría el de las doce. Tal vez aún alcanzaría a llegar a Hidalgo, pero estaba seguro que ya no alcanzaría a llegar a Tasqueña.
Ya en el andén, a mi diestra, una pareja se besaba de una manera pasionalmente grotesca, parecían más unos gatos quitándose los restos de comida que una pareja amorosa; se lamían impetuosamente.
Sólo hablo de una impresión, pues sabemos que en éste mundo cabemos todos. Turné mi cabeza a la izquierda para respetar su espacio. Se escuchó un sonido, creí que era el metro, no lo era. Una nueva imagen entró por mis ojos: la pareja ya se tocaba sensualmente y rosaban sus genitales, se distinguían explícita mente ambas erecciones, el movimiento era exagerado y violento. Nuevamente me volteé...
Alcancé a distinguir esas batas, eran empleados del metro, ellos hacían comentarios sobre la pareja que demostraba su aceleración hormonal o su amor genérico. Comentarios hostiles y burlas dominaban su plática.
El hombre de chamarra negra se alejaba con una sonrisa que buscaba complicidad, la obtuvo de otro empleado de limpieza del metro que también esperaba su "boleto a casa" separado de los demás. De pronto, el soundtrack del momento se escuchó muy fuerte. Las jovencitas que jugaban a "torear" al convoy se vieron sorprendidas por éste: casi golpea a una, hubiera sido una muerte segura y nada agradable.
El hombre de limpieza, a diferencia de los otros empleados del metro (que aparentaban ser de administración), mostró su indignación y coraje: "¡Pero que tonta!", dijo en voz alta y continuó: "Hay mija, si te pega te mata". Las muchachitas no mostraron interés alguno, continuaron con sus risotadas chillonas. El convoy se marchó.
El hombre de limpieza no dejaba de mover la cabeza en forma de negación, mientras seguía haciendo comentarios similares a los que ya había expresado. "¿Para qué queremos tontas?" (le pregunté de manera absurda"), el hombre mi miró y dijo: "No, no, no; imagínate que le pega... Luego culpan al chofer, que por negligencia suya la muchachita murió, santo dios, lo bueno es que no pasó a mayores" y siguió caminando su vaivén moviendo la cabeza. El hombre de chamarra negra fue participe en estos diálogos, demostrando acuerdo con su cabeza. Cuando el hombre de limpieza se alejó, le comenté: "¿Que cabrón, no?, y él respondió: "sí mano". "¿Te la imaginas al volante?", le dije. "¡Uyyy no, para qué quieres!". Continué: "¡Que cierre de noche, primero los amorosos y luego las juguetonas, pinche día acabó de locos!". El cerró con: "Jajajaja, si, ya sé". Y un silencio puso punto final al tema. Normalmente no duró mucho...
"Aún falta el de las doce, ¿no?", le pregunté. Contestó: "Sí". Le dije: "Es que voy hasta Tasqueña, se me hace que no alcanzo al de la línea dos". Me respondió: "No, sí pasa. Ya es tarde, pero sí pasa; yo también voy a la dos, pero yo voy sólo a revolución". Sólo me limité a decirle: "Ok".
El convoy llegó y tras quedar en el mismo vagón, pero a distancia y sin contacto visual siquiera, llegó la estación Hidalgo. Al salir del vagón, el hombre me emparejó corriendo, antes de que perdiera el alcance le ofrecí la mano, y después de darle las gracias le dije: "A ver cuando nos volvemos a encontrar en un día de locos", riendo afirmo con la cabeza y dijo: "¡sale!". Lo perdí de vista, ahora yo también corría pensando en la hora, en la distancia, etc.
Llegué al andén y pude divisarlo caminando en sentido contrario al mío, me detuve y miré al túnel. La verdad calculo que fueron como 10 minutos los que se tardo el convoy en aparecer en el punto que yo alcanzaba a mirar del túnel; cuando ya estaba muy cerca, volteé hacia donde estaba el de la chamarra negra, percibí que me había ubicado y que se había percatado que mi convoy venía, nuevamente volteé hacia el metro y antes de que nos separara el contacto visual lo miré y le mandé un saludo de visera, él contesto levantando el pulgar. Cuando el convoy inició la marcha, pudimos refirmar la despedida y los buenos deseos, ambos coincidimos en el saludo de "V", el mío con el sentido hippie ó (bicknies). A los pocos segundos de haber entrado al túnel, el convoy que él esperaba pasó; así pude quedarme tranquilo al saber que mi "compi de andén" tenia también, pasaporte a su destino...